La hija de Cris Morena y Gustavo Yankelevich tenía 36 años cuando se descompensó en un gimnasio de zona norte.
Diego Topa recordó a Romina Yan.
Romina Ya murió el 28 de septiembre de 2010. La actriz de 36 años se descompensó mientras entrenaba en un gimnasio de zona norte. Fue trasladada de urgencia al Hospital Central de San Isidro, donde ingresó ya sin signos vitales. Los médicos le practicaron RCP, pero no pudieron reanimarla.
La noticia sacudió al mundo del espectáculo. La hija de Cris Morena y Gustavo Yankelevich trabajó desde muy chica en el medio. Primero en Jugate conmigo, luego en Chiquititas y, más tarde, en programas como Amor mío, Abre tus ojos, Bella y bestia, entre otras ficciones.
Diego Topa, que trabajó con Romina en el programa Playhouse, en la cadena Disney Channel, logró construir un vínculo muy cercano con la actriz. A 10 años de la muerte, el conductor la recordó con mucha emoción.
Diego y Romina, siempre unidos.
“Casi todos los días, te diría que incluso siempre me aparece alguna imagen de ella, algún recuerdo. Romina está presente. Es como que me dijera ‘estoy acá’”, manifestó en una entrevista con Teleshow.
Topa destacó la humildad de Romina. “Era una compañera increíble y un ángel como persona. Cuando nos convocaron yo venía de Disney pero ella era una figura muy famosa. Había hecho exitazos en Telefe y sin embargo, no se la creía. Era muy lindo aprender de ella”, resaltó.
Topa la describió como una profesional: “Su historia familiar, sumado a todo lo que Romi había hecho en tele, hacía que trabajar con ella fuera un aprendizaje constante. Tenía un oficio increíble, sabía de todo, de puesta, de luces, de guion. Era impecable. Jamás llegaba tarde. Siempre sabía todo la letra”.
Diego y Romina, compañeros y amigos.
Al recordar cómo era la química entre ellos, el conductor infantil relató que cada vez que estaban en el estudio de Disney todo era diversión. “Nos tentábamos mucho, ninguno tenía miedo al ridículo. Nos sentíamos como dos chicos que jugábamos. No dejábamos de ser niños y pasarla bien”, sostuvo.
Después de haber sido compañeros en Playhouse, Topa y Romina construyeron un vínculo de una sincera amistad. En la intimidad, el ídolo de los niños llegó a conocer la faceta de la actriz como madre. “Su energía traspasaba todo. Pero como mamá me emocionaba. Era una madraza, todo el tiempo pendiente de sus hijos. Hablaba de ellos y la emoción le afloraba”, remarcó.
El animador destacó que la hija de Cris Morena era muy responsable comprometida con su trabajo, pero nunca descuidaba a su familia. “Trabajábamos mucho, pero todos los días a las 19 horas, ella sí o sí cortaba. Se iba corriendo al supermercado y de ahí a su casa porque ella se encargaba de preparar la cena y ese momento en familia era innegociable”, concluyó.